domingo, 5 de octubre de 2008

La Copla Y Yo

(Lilium)

Yo me he criado al compás de La Copla. Evidentemente en mi más lejana infancia existían también otros estilos de música que reproducían sus notas en los “Picus”, predecesores al tocadiscos, música ye-ye cantada por el Dúo Dinámico, Los Cinco Latinos, Los bravos, e incluso unos no bien recibidos en España Bleatles. Yo viví con la copla.


Mi madre me dormía con el son de una Copla, me mecía en el columpio tarareando Copla y también la Copla me acompañaba en las tardes calurosas del estío, cuando sentada en el suelo de ladrillos de barro de la cocina, jugaba con mi hermana a las muñecas. Mi madre y mi abuela zurcían la ropa, y de fondo, las notas melodiosas de la Copla salían a borbotones de la Radio de Cretona, que lucía majestuosa encima de una repisa, coronada con un paño de ganchillo como si fuera una Virgen en su altar.


Comprendo ahora el por qué del fanatismo de antes por ese género. La gente adulta de aquella época había vivido la posguerra, el hambre, la muerte y el desconsuelo, y era la Copla, con sus historias de amores y desengaños, reales como la vida misma, las que les traían la esencia más íntima del pueblo cotidiano, porque se puede decir, que las Coplas eran algo así como novelas o folletines encriptadas en un trozo de melodía y contado por una maravillosa voz.


Aunque la verdadera copla nace a principios del siglo XX con la florescencia del cuplé y como continuación de la Toná o Tonadilla, no es hasta la época de la posguerra española cuando alcanza todo su esplendor। Figuras como Estrellita Castro, Imperio Argentina, o Concha Piquer, llevaban a los hogares a través de las ondas radiofónicas el sentir del momento, Coplas con historia, nudo y desenlace con las que se lloraba, se amaba o se odiaba, según la trama.


Destacado fue el trío formado por Quintero, León y Quiroga, letristas y compositores de aquellas maravillosas historias musicales, que cada vez siguen más viva en el presente.


Hubo un tiempo, digamos que por los años 70 y 80 en que la Copla quedó un poco rezagada, arrinconada y tal vez despreciada por los actuales del momento… Por fortuna resurgió de nuevo, yo diría que con más brío… ¡Y cuanto disfruto yo de ella.!


Vaya para ella desde aquí, mi humilde homenaje.

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